Tres pronósticos geopolíticos de la victoria de DeepSeek
Más carrera armamentista, propaganda y democratización de la IA.
(Publicado el 01/02/25 en el Diari Ara)
El pasado lunes, 600.000 millones de dólares se evaporaron. La culpable fue DeepSeek, una empresa china hasta ahora poco conocida. Al sacar un nuevo modelo de inteligencia artificial que igualaba a los más potentes creados en Estados Unidos, DeepSeek demostró que podía entrenar una IA puntera sin necesidad de tantos chips avanzados y centros de datos descomunales como los que tienen los americanos. La principal empresa de chips para entrenar IA, Nvidia, notó como se agrietaba el consenso que tener cantidades ingentes de sus chips era absolutamente imprescindible. Sus acciones caían un 17%. Estados Unidos entraba en pánico mientras Xi Jinping celebraba con una sonrisa victoriosa el año nuevo chino.
El éxito de DeepSeek no quiere decir que China haya ganado a Estados Unidos en la carrera por la IA o que los chips de Nvidia ya no sean importantes. Lo que sí demuestra es que China está más avanzada del que se pensaba en desarrollo de la IA, a pesar de los palos en las ruedas que le ha puesto Estados Unidos. La victoria de DeepSeek también nos ayuda a pronosticar cómo será el futuro de la competición por la IA.
En primer lugar, la aparición de DeepSeek ha vuelto a mostrar que China sabe innovar y no solo copiar. Los estados autoritarios pueden ser creativos en ciencia y tecnología. China, además, ha sido capaz de innovar en un contexto muy desfavorable de falta de acceso a chips avanzados, después de que Washington le impusiera controles de exportaciones. Quizás se podría pensar que, viendo que China igualmente ha conseguido desarrollar IA puntera, la presión americana se relajará. Seguramente pasará lo contrario: DeepSeek será un “momento Sputnik” que reforzará el sentimiento de urgencia y carrera armamentista.
En segundo lugar, DeepSeek ha demostrado que se puede entrenar una IA líder sin necesidad de inversiones multimillonarias en centros de datos a los cuales solo tienen acceso los grandes titanes tecnológicos. Esto es positivo para empresas más pequeñas y países en desarrollo. DeepSeek ha demostrado que la creación de IA se puede democratizar y los costes de entrada son más bajos del que se pensaba. Ello es una buena noticia para países africanos o latinoamericanos; también para Corea del Norte o un grupo terrorista.
Finalmente, DeepSeek ha mostrado que hemos entrado en una nueva carrera espacial propagandística, donde, en vez de cohetes, tenemos modelos de IA. Quizás la mayoría del mundo no entiende que es esta tecnología, pero sí que ya la intuye como una fuente de poder y prestigio nacional. Este vínculo psicológico de IA con orgullo patriótico profundizará el acercamiento entre empresas tecnológicas, gobiernos y militares. La diferencia con la carrera espacial, sin embargo, es que entonces sabíamos que nuestro destino era la Luna. Con la IA andamos a ciegas. Parece que no nos preocupa demasiado que una de las posibilidades es dirigirnos hacia el desastre.