¿Qué piensa China del conflicto Israel-Palestina?
(Publicado originalmente en catalán el 04/11/23 en el Diari Ara)
Antes era Ucrania y Rusia, ahora es Israel y Palestina. Cuando estalló la invasión de Putin, muchas voces occidentales pidieron a Xi Jinping que frenara a Moscú. China no hizo nada. Ahora, muchas reclaman que Pekín utilice la influencia que tiene sobre Irán para evitar que el conflicto en Gaza escale regionalmente. China, seguramente, tampoco hará nada. Pekín ha repetido el manual que ya usó en Ucrania. En el plano de las palabras, ha declarado que China es un actor externo responsable y neutral -no como Estados Unidos-. A la vez, ha apoyado retóricamente un bando: antes Rusia, ahora Palestina. En el plano práctico, sin embargo, ha decidido no involucrarse en ninguno de los dos conflictos. En la guerra por Ucrania, China no quería ni favorecer indirectamente a Washington apoyando a Zelensky, ni enfangarse en una guerra proxy a través de Putin. En el caso de Israel y Palestina, Pekín quiere conservar el delicado equilibrio que, en las últimas décadas, le ha permitido tener buenas relaciones con todos los países de la región, incluidos enemigos como Israel y Palestina, o Arabia Saudí e Irán. China quiere continuar siendo “el amigo de todos” en Oriente Medio.
En la actual guerra entre Gaza e Israel, sin embargo, China ha apoyado retóricamente al bando palestino. ¿Por qué? Pekín siempre ha respaldado diplomáticamente a Palestina. Nunca ha catalogado a Hamás como organización terrorista; tampoco ha condenado explícitamente el ataque del 7 de octubre. En Cisjordania tiene buenas relaciones con la Autoridad Palestina. En parte, ello es legado del discurso anticolonial que la China maoísta blandió durante décadas. En términos más actuales, sin embargo, apoyar a Palestina y garantizar una buena relación con los países musulmanes es importante para China de cara a legitimar sus acciones en Xinjiang. Pekín ha conseguido que la Liga Árabe, la Organización de Cooperación Islámica y decenas de países musulmanes apoyen su represión contra la minoría musulmana uigur. Nota personal: cuando visité Xinjiang hace unos años, el lugar al que más me recordó fue los Territorios Palestinos Ocupados. Apoyar retóricamente a la causa palestina también ayuda a China a consolidarse en Oriente Medio como una potencia benévola, alternativa a poderes intervencionistas militares como los Estados Unidos y Rusia.
Esta es la imagen de cara a la galería. En la práctica, Israel ha sido uno de los núcleos de inversión más cruciales de China en Oriente Medio. La puntera tecnología israelí ha atraído mucho capital chino, que en los últimos años ha buscado alternativas para hacer frente a las sanciones tecnológicas impuestas por Washington. El interés económico que Palestina puede tener para China, en comparación, es ínfimo. En las últimas décadas, las relaciones diplomáticas entre chinos e israelitas han sido cordiales. A corto plazo -a causa de la guerra, el apoyo retórico a Palestina y la presión americana- los lazos sino-israelíes se enfriarán. A medio y largo plazo, sin embargo, Israel necesitará a China (como también necesitará a Arabia Saudí). Por su parte, China volverá a priorizar Israel por delante de la mayoría de países musulmanes de la región. La realpolitik, al fin y al cabo, es quien manda en los despachos de Pekín y Jerusalén.